Las infiltraciones con toxina botulínica para el tratamiento de las arrugas de expresión es uno de los procedimientos que más satisfacción produce en el paciente y que mejor relación beneficio/riesgo presenta.
La toxina botulínica se conoce también por uno de sus nombres comerciales: “Botox®”, aunque hoy en día existen otro preparados comerciales como “Azzalure®” o “Vistabel®”. Se ha constituido como una técnica excelente para suavizar las expresiones más inestéticas de la mímica facial (envejecimiento, mal humor, cansancio, estrés, tristeza) y sus correspondientes arrugas de expresión. La musculatura facial es responsable de la expresión de nuestro rostro. Con el tiempo los movimientos repetidos de estos músculos producen una serie de líneas permanentes: las arrugas; con la toxina botulínica podemos relajar los músculos y hacer que estas arrugas se atenúen o incluso desaparezcan.
DEFINICIÓN
La toxina botulínica (TB) comprende un grupo de neurotoxinas (siete serotipos: A, B, C1, D, E, F y G) producidas por diferentes cepas de la bacteria gram-positiva Clostridium botulinum. Su modo de acción se basa en la capacidad de estas sustancias relajar de forma temporal los músculos. La musculatura facial es responsable de la expresión de nuestro rostro. Con el tiempo los movimientos repetidos producen una serie de líneas permanentes, las arrugas, la toxina botulínica produce una parálisis fláccida temporal del músculo estriado, lo que nos permite tratar las arrugas causadas por los músculos faciales hipercinéticos, Aunque su efecto es transitorio, su aplicación es poco traumática, lo que permite prolongar sus efectos indefinidamente a través de inyecciones seriadas.
La toxina botulínica (TB) comprende un grupo de neurotoxinas (siete serotipos: A, B, C1, D, E, F y G) producidas por diferentes cepas de la bacteria gram-positiva Clostridium botulinum. Su modo de acción se basa en la capacidad de estas sustancias relajar de forma temporal los músculos. La musculatura facial es responsable de la expresión de nuestro rostro. Con el tiempo los movimientos repetidos producen una serie de líneas permanentes, las arrugas, la toxina botulínica produce una parálisis fláccida temporal del músculo estriado, lo que nos permite tratar las arrugas causadas por los músculos faciales hipercinéticos, Aunque su efecto es transitorio, su aplicación es poco traumática, lo que permite prolongar sus efectos indefinidamente a través de inyecciones seriadas.
¿EN QUÉ CONSISTE EL TRATAMIENTO?
Se trata de un procedimiento técnicamente sencillo de realizar, no invasivo, seguro, bien tolerado y con muy baja incidencia de efectos secundarios o complicaciones, en cualquier caso leves y temporales. En la consulta del médico, se realizan infiltraciones superficiales de toxina botulínica mediante la punción con una aguja muy fina en diferentes regiones faciales; el dolor, que suele ser leve, puede atenuarse mediante la aplicación previa de un anestésico en crema.
El procedimiento es altamente efectivo y el efecto se hace perceptible en apenas unos dáis. Esto explica la difusión exponencial de esta técnica en el mundo estético, siendo actualmente el procedimiento que más ha aumentado en los últimos años. Las arrugas de expresión de la mitad superior de la cara constituyen la indicación más importante de la toxina botulínica en cosmética. Las arrugas del entrecejo, perioculares y de la frente mejoran de forma espectacular con una adecuada técnica de inyección, al anularse o suavizarse los gestos que las producen, durante unos seis meses después de cada inyección.
EFECTOS ADVERSOS
Los efectos adversos de la infiltración con toxina botulínica son poco frecuentes, y en caso de aparecer son leves y transitorios. El más frecuente es la aparición de una zona de hematoma en alguna de las zonas de punción, desapareciendo en unos días. De forma menos frecuente, puede producirse la relajación de grupos musculares diferentes a los que se quiere tratar, produciendo en ocasiones la caída de un párpado (llamado “ptosis”), efecto que puede atenuarse con medicación y desaparecer en unas semanas. Afortunadamente, este efecto adverso es excepcional con una técnica adecuada de inyección. Se ha descrito dolor de cabeza en algunos pacientes tras el procedimiento, pero suele ser una molestia leve y que cede en pocas horas. Son excepcionales otros efectos adversos sistémicos.
CUIDADOS TRAS EL PROCEDIMIENTO
Se aconseja no manipular las zonas durante 2 ó 3 horas después de la inyección y que el paciente evite acostarse durante ese tiempo. Por lo demás puede hacer una vida completamente normal. El tratamiento debe repetirse cada 5-7 meses, dado el carácter temporal del efecto de la toxina botulínica.
RESULTADOS
Aunque en el momento de la inyección se aprecia ya un cierto efecto de forma sutil, posiblemente por la relajación del músculo por la punción, éste no se hace evidente hasta las 24-72 horas y es máximo a los 15 días. Se aconseja hacer una revisión del paciente en 1 ó 2 semanas para controlar los resultados y descartar complicaciones. La mejoría de la mitad superior de la cara es espectacular con una adecuada inyección, durante unos 6 meses después de cada infiltración. La mejoría de la mitad inferior de la cara y el cuello es más sutil y precisa habitualmente la infiltración posterior de materiales de relleno para obtener un resultado satisfactorio para el paciente. Para conseguir un resultado óptimo, es necesario un correcto conocimiento de la técnica y de la anatomía de la musculatura facial, por ello es muy recomendable que el tratamiento sea realizado por un médico especialista con experiencia en la técnica.
CONCLUSIONES
La toxina botulínica es probablemente el procedimiento estético más satisfactorio para nuestros pacientes. Se trata de una técnica muy efectiva, segura y que produce resultados visibles a los pocos días.