lunes, 22 de julio de 2013

AUTOBRONCEADO SIN RIESGO




Tomar sol para broncearse es muy dañino y no te favorece sacrificar tanto por el sexy color moreno de tu piel. De ahí que, además del maquillaje o las cremas coloreadas, muchas personas busquen “consuelo” en los productos autobronceadores. En los últimos años se han ido desarrollando fórmulas muy avanzadas que prolongan nuestro bronceado, poseen un aroma agradable, hidratan nuestra piel y nos ayudan a afrontar el invierno con buena cara.
La época ideal
Lo más indicado es comenzar a usarlos cuando el verano está llegando a su término, sobre todo si ya no vamos a tomar más el sol. Muchos de ellos llevan incorporado un factor de protección solar, por lo que nuestra piel estará al mismo tiempo protegida de los rayos solares de septiembre, octubre o noviembre. Podemos mantener así un color envidiable durante el invierno, e intensificar su uso al llegar al mes de abril o mayo mientras aún no tenemos la posibilidad de ir a la playa o la piscina.
 
¿Cómo actúan?
Los autobronceadores son sustancias que colorean la piel y por tanto no necesitan de la acción del sol para hacer efecto. En la farmacia podemos encontrarlos en forma de cremas y también en cápsulas para tomar por vía oral.
Cremas y geles
Actúan de forma superficial. Su principio activo no tiene la capacidad de penetrar en las capas profundas de la piel sino que sólo oscurece, mediante una reacción química, las células situadas en la superficie cutánea. Lo más adecuado es aplicarlas de forma uniforme para evitar que el color moreno se distribuya desigualmente, sobre todo en los codos y rodillas, donde puede quedar marca si extendemos mal el producto. Lo más indicado es extender el autobronceador sobre la piel limpia y seca. Después es conveniente lavarse las manos y esperar un rato antes de vestirse.
Si se pretende conseguir un buen resultado los expertos aconsejan aplicarla varias veces a la semana, ya que los efectos desaparecen a los cuatro días al ir eliminándose las células coloreadas.
En la farmacia podemos encontrar autobronceadores formulados en crema, gel o spray. Éste último presenta la ventaja de que permite una aplicación más homogénea por todo el cuerpo. Si se forman acumulaciones podemos extenderlo pasando la mano por la piel pero sin friccionar.
Cápsulas de carotenos
Son cápsulas preparadas para ser ingeridas, por vía oral. Están formuladas a base de carotenos y derivados, son también sustancias que colorean la piel y neutralizan la acción de los antirradicales libres, responsables del envejecimiento cutáneo. Se compran en envases de alrededor de 30 cápsulas y se toman a diario. No poseen ninguna contraindicación ni efecto secundario.
Cara y cuerpo
La piel del rostro y la de las diferentes zonas de nuestro cuerpo tienen necesidades bien diferentes. De ahí que los productos empleados para ambas estén formulados especificamente para cada zona.
Las cremas y emulsiones son adecuadas para el rostro, sobre todo en casos de piel normal y seca, porque son ricas en lípidos (sustancias grasas) y al mismo tiempo hidratan. Para las pieles maduras existen algunas que incorporan la vitamina E, que es antioxidante, y contribuye a retrasar los efectos del envejecimiento cutáneo.
En el caso del resto del cuerpo es recomendable el gel, más fresco y ligero, o el spray, si se va a aplicar a todo el cuerpo. También puede aplicarse a un cutis graso porque hidrata y colorea sin agravar el problema del exceso de sebo.

 
 Una adecuada aplicación
En la zona del rostro la crema autobronceadora debe extenderse en pequeñas cantidades, con las yemas de los dedos o con ayuda de un empapador y mediante movimientos circulares. Se puede seguir el mismo criterio que para el maquillaje: aplicar desde el centro hacia los lados. Son puntos que se deben cuidar especialmente las cejas, el nacimiento del cabello, etc., ya que es fácil que la crema se acumule en ese punto y dé una coloración más oscura. De igual modo puede suceder en las rodillas y los codos.
Cada persona contiene una tasa de aminoácidos diferente, de ahí que su piel se coloree de forma distinta. Para comprobar como reaccionamos frente a un autobronceador podemos realizar una prueba en el antebrazo, así sabremos la cantidad de producto que es necesario aplicar.
El punto de partida
Para que el autobronceador nos facilite nuestro objetivo, obtener una piel morena, es necesario seguir fielmente los consejos de los expertos. Para conseguir que nuestra piel absorba adecuadamente el producto, debemos eliminar antes de aplicar el autobronceador, además de cualquier resto de suciedad o maquillaje, las células muertas de nuestra piel. O lo que es lo mismo: hacer un peeling exfoliante que limpie la piel a fondo. Existen algunos específicos para la cara y otros más indicados para el cuerpo. Sobre ellos podemos pedir información en la farmacia.
Ventajas del autobronceador
El uso de un autobronceador tiene muchas ventajas frente a la exposición a los rayos UV. Afecta a las capas más externas de la piel, de ahí que dure menos que el moreno de sol. Además es rápido y fácil de aplicar, y ayuda a hidratar y cuidar nuestra piel.
Los efectos del autobronceador duran 3 ó 4 días. Para lograr el tono adecuado hay que aplicarlo con continuidad.


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