lunes, 22 de julio de 2013

ACNÉ, TAMBIÉN EN MUJERES ADULTAS

El acné, enfermedad clásicamente considerada típica de los adolescentes, puede afectar a pacientes adultos, especialmente mujeres, debido a pequeños disbalances hormonales. Cada vez observamos más mujeres adultas en la consulta que acuden por la aparición de estos incómodos "granos". Este hecho se ha confirmado en un estudio recién publicado por Perkins* y su equipo de Harvard, Boston, en el que estudian un grupo de 2895 mujeres; de ellas, el 55% presenta alguna forma de acné. Encuentran que un porcentaje considerable de mujeres adultas presentaban acné: el 45% de las mujeres de 21-30 años, el 26% de las mujeres de 31-40 años e incluso el 12% de las mujeres de 41-50 años.

Globalmente, 1 de cada 4 mujeres adultas presentó acné.


*J Womens Health (Larchmt). 2012 Feb;21(2):223-30. Epub 2011 Dec 15.
Acne vulgaris in women: prevalence across the life span.
Perkins AC, Maglione J, Hillebrand GG, Miyamoto K, Kimball AB.
Department of Dermatology, Harvard Medical School, Boston, Massachusetts, USA.


Afortunadamente, en la mayoría de ocasiones el acné de las mujeres adultas puede tratarse de forma muy efectiva. El medicamento más útil para su tratamiento es la isotretinoína, un derivado de la vitamina A. No obstante, existen otras medidas terapéuticas de utilidad como puede ser el láser de colorante pulsado o las fórmulas de diferentes productos tópicos.



¿QUÉ ES EL ACNÉ?
Descripción

Es una enfermedad de la piel caracterizada por la inflamación crónica de las glándulas sebáceas, especialmente en la cara y en la espalda. A pesar de no ser una enfermedad grave, puede afectar en gran medida la calidad de vida del paciente. Suele afectar a pacientes adolescentes, aunque también es posible su aparición a edades posteriores, especialmente en mujeres.

Síntomas

Las lesiones de acné son variadas, pudiendo aparecer desde pequeños granos rojizos en la cara, hasta lesiones profundas como quistes y nódulos tanto en la cara como en los hombros. Las lesiones del acné se clasifican en inflamatorias y no inflamatorias; las lesiones inflamatorias son las pápulas (granos rojizos), pústulas (granos blanquecinos) y nódulo-quistes (lesiones profundas). Las lesiones no inflamatorias son los comedones abiertos (puntos negros o espinillas) y los comedones cerrados (puntos blancos).


Diagnóstico

El diagnóstico del acné es fundamentalmente clínico. Ocasionalmente puede ser de utilidad un estudio analítico y hormonal.


Tratamiento

Para formas de acné leve, existen múltiples tratamientos tópicos de efectividad moderada (peróxido de benzoilo, eritromicina, clindamicina, ácido azelaico). Para formas moderadas-severas, el tratamiento más utilizado es la isotretinoína, un derivado de la vitamina A muy efectivo que suele requerir tratamientos de varios meses. Esta medicación no debe administrarse en mujeres embarazadas. Antiguamente comercializado como Roacután ®, en la actualidad existen múltiples formas comerciales de isotretinoína. Es un fármaco que, utilizado a las dosis adecuadas y en manos expertas, presenta un resultado excelente, siendo en la actualidad mucho menos frecuente la aparición de efectos adversos, ya que tiende a utilizarse una dosis menor.

Existen nuevas técnicas adyuvantes al tratamiento, como el láser de colorante pulsado y la terapia fotodinámica. Su uso de forma combinada con otros tratamientos para el acné contribuye a mejorar especialmente las lesiones inflamatorias.